Conejito de Fieltro, Tutorial
Este Conejito de Fieltro lo vi por Internet y me encantó.
Como me pareció muy sencillo, decidí hacerlo inmediatamismo (esta palabra, que encuentro maravillosa por lo expresiva, la inventó mi hija cuando tenía dos años para referirse a todo lo que quería).
Está cosido a máquina, por lo que lo he utilizado para practicar (por eso mira de refilón con cara de susto).
Se necesita fieltro en dos tonos que contrasten, fieltro blanco y negro y una cinta a juego.
Aquí sí que os desaconsejo el fieltro de los chinos, porque aunque existen distintas variedades (una de ellas es una especie de cartón-fieltro que resulta muy malo para este tipo de muñecos) en general no resulta tan bonito como otros.
Por Internet venden fieltros de muchísimos colores a precios asequibles, y tienen un resultado muy bueno.
En esta página tenéis montones de patrones para hacer animalitos de fieltro, os aconsejo que os animéis porque se hacen en muy poco tiempo y resultan muy resultones.
Os pongo las piezas del que he hecho yo, por si os interesa:
Lo importante es coser en el orden adecuado:
- primero hay que coser la pieza rosa claro, únicamente por la línea superior (la que está en contacto con el fieltro morado)
- después se cosen los ojos
- después cosemos el morrito y hacemos las marcas de las orejas y el hocico (las líneas negras)
- por último, se cosen las dos piezas moradas juntas, dejando sin coser la parte de abajo para poder rellenarlo; una vez relleno (con miraguano o algodón sintético) cosemos todo el reborde inferior
- cada pieza está cosida con hilo del color correspondiente, para que no se note
- la gran ventaja del fieltro es que no se deshila: si nos queda demasiado alejado el pespunte, recortamos el fieltro sobrante y ya está solucionado
- la pupila de los ojos está pegada con silicona líquida
- por último, he puesto una cinta morada para poder colgarlo del llavero
Todo esto parece muy obvio, pero os diré que cuando había acabado el conejito y lo iba a rellenar me di cuenta de que, como le había dejado la abertura en uno de los lados, no llegaba a rellenar bien las orejas.
No me quedo más remedio que desmontar al conejito (vais entendiendo su cara de susto, claro).
Como me pareció muy sencillo, decidí hacerlo inmediatamismo (esta palabra, que encuentro maravillosa por lo expresiva, la inventó mi hija cuando tenía dos años para referirse a todo lo que quería).
Está cosido a máquina, por lo que lo he utilizado para practicar (por eso mira de refilón con cara de susto).
Se necesita fieltro en dos tonos que contrasten, fieltro blanco y negro y una cinta a juego.
Aquí sí que os desaconsejo el fieltro de los chinos, porque aunque existen distintas variedades (una de ellas es una especie de cartón-fieltro que resulta muy malo para este tipo de muñecos) en general no resulta tan bonito como otros.
Por Internet venden fieltros de muchísimos colores a precios asequibles, y tienen un resultado muy bueno.
En esta página tenéis montones de patrones para hacer animalitos de fieltro, os aconsejo que os animéis porque se hacen en muy poco tiempo y resultan muy resultones.
Os pongo las piezas del que he hecho yo, por si os interesa:
- primero hay que coser la pieza rosa claro, únicamente por la línea superior (la que está en contacto con el fieltro morado)
- después se cosen los ojos
- después cosemos el morrito y hacemos las marcas de las orejas y el hocico (las líneas negras)
- por último, se cosen las dos piezas moradas juntas, dejando sin coser la parte de abajo para poder rellenarlo; una vez relleno (con miraguano o algodón sintético) cosemos todo el reborde inferior
- cada pieza está cosida con hilo del color correspondiente, para que no se note
- la gran ventaja del fieltro es que no se deshila: si nos queda demasiado alejado el pespunte, recortamos el fieltro sobrante y ya está solucionado
- la pupila de los ojos está pegada con silicona líquida
- por último, he puesto una cinta morada para poder colgarlo del llavero
Todo esto parece muy obvio, pero os diré que cuando había acabado el conejito y lo iba a rellenar me di cuenta de que, como le había dejado la abertura en uno de los lados, no llegaba a rellenar bien las orejas.
No me quedo más remedio que desmontar al conejito (vais entendiendo su cara de susto, claro).
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